miércoles, 6 de marzo de 2013

Acerca de los libros propios como desafío


Ilmpark. Weimar

Sólo desde la conciencia de que puedes y debes superar tus libros anteriores es posible una evolución o un salto de calidad. Y, a la vez, es tan difícil desapegarse de lo ya hecho, abandonarlo. Escribí "Un mortal sin pirueta", luego "Expuestos", ahora "Caminos anfibios"...  Con perspectiva veo un progreso, una evolución que me hace mirar con ojos menos benevolentes mis comienzos. "Caminos anfibios" es lo mejor que he escrito y me apego a él pensando que no seré capaz de sacar de mí un futuro libro que lo deje atrás o sea más poderoso. Quizá sea sólo cuestión de tiempo y de un nuevo estado mental que me proporcione una nueva visión de conjunto. Es un paisaje de montañas y de cumbres que has ido lentamente conquistando y llegas arriba feliz, pero desfondado y vacío. Abrazas tu última conquista, te resguardas en ella, te proporciona calor y te cuesta creer que serás capaz de un nuevo y mayor reto. Feliz e infeliz, lleno y vacío, me siento precisamente ahora. Esto debería ser contradictorio o no caber en el mismo cuerpo.

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