martes, 26 de marzo de 2013

Palabras que acompañan

Quedé finalista del Premio Ribera del Duero con mis Caminos Anfibios, aunque en última instancia no lo gané. Hay algunas citas que podría llamar "antisufrimiento". Es el consuelo de la literatura que acompaña, incluso, o especialmente, en momentos en que las cosas no salieron como tú esperabas. Palabras que acompañan como aquellas de "En casa", de Marilynne Robinson, donde el padre anciano, pastor religioso, le comenta a ese hijo pródigo que ha regresado a casa después de años y años: "Debes dejar a Dios la decisión de qué mereces. Piensas demasiado en ello, en qué mereces. Creo que una parte del problema está ahí... Nadie se merece nada, bueno o malo. Todo es gracia. Si aceptas eso, quizá puedas tranquilizarte un poco".

viernes, 15 de marzo de 2013

Los relatos de Javier Morales Ortiz: "LISBOA"

Me llega estos días la noticia de que pronto aparecerá un nuevo libro de JAVIER MORALES ORTIZ (Plasencia, 1968), será la novela Pequeñas biografías por encargo. Precisamente esta semana leía yo, con retraso, su colección de relatos Lisboa, publicada en 2011 por la Editora Regional de Extremadura. Se trata de una obra breve, que apenas llega a las cien páginas, compuesta por cinco narraciones:
"Todo lo que sé de William Faulkner", "Reiki", "Fecundación", "Queen" y "Lisboa".
La breve extensión, el ligero formato, podrían contribuir a la falsa impresión de que sea un libro menor, una especie de pincelada de autor para darnos el gusto o la muestra de sus cuentos. Como en este blog no estoy sujeto a las constricciones de mi tarea "oficial" de crítico, diré primero lo que tal vez reservaría, en otro espacio, para las conclusiones: Javier Morales Ortiz es un escritor que no busca ni necesita artificios o préstamos de escuela o taller. Es deliberadamente austero, conciso, pero, sobre todo, auténtico: posee la autenticidad de quien no está pendiente de su insaciable ego de autor, sino de aquello que de verdad es importante: contar historias que merezcan la pena y hacerlo desde el buen ángulo que cada una de ellas requiera.
 Arranca esta colección con la agilidad de género negro de las primeras frases de Todo lo que sé de William Faulkner. Notas de humor e ironía... y pronto estamos envueltos, seducidos, por esta historia de la periodista Laura y el fotógrafo que la acompaña, de nombre !William Faulkner! El autor muestra su talento para la peripecia. Un viaje que parece misión. Estamos en Oviedo, descendemos a las profundidades de unas minas, malestar social, retratos de la injusticia... Se cierne sobre la pareja el destello de un idilio fugaz que parece caer por su propio peso y que es también infidelidad matrimonial de Laura. Disfrutamos de la escritura cuidada, directa, de la eficacia narrativa de Javier Morales Ortiz, de una prosa veloz que casi bordea la precipitación sin que sepamos que quiere hacerlo saltar todo por los aires, porque a menudo en la vida todo salta por los aires y esta historia bien planteada, que empezaba a prometer como el amor de la pareja, ya no podrá ser novela sino relato breve y casi truncado, que ya concluye. Reiki es una historia de verdad hermosa y sabiamente planteada. Conocemos de inicio al protagonista, Jorge. O más bien su situación vital presente: abandonado por Sara y aquejado de vértigos que le hacen la vida bastante imposible. Apreciamos la soltura y la comodidad de un narrador que desgrana con gusto la peripecia. Jorge es una vida dañada, un hombre vacío y sin fuerzas, que busca sanarse: primero la medicina tradicional. Luego el Reiki: la profesora de Reiki con la intimidad que propicia y que el lector agradece: "Jorge pensó en su nuca como en una tierra cuarteada y seca, igual que su corazón, y se convenció de que el calor de las manos de ella atraía una lluvia ligera y constante". El autor nos permite transitar por un texto poético y hermoso, y al tiempo nos enfrenta, casi acostumbra, a la brusquedad de otro corte final, como la vida misma, al paso exacto de la propia vida.

Y hablábamos de vidas dañadas y no son otra cosa Ruth y Manuel, personajes de Fecundación, tercero de los cuentos, ella guionista, él publicista. Desabrida Ruth, con sus imprevisibles, insoportables, injustos, estados de ánimo. El deseo de ser padres como límite lejano que tal vez salve un matrimonio que hace aguas ("No estaban enfadados, pero parecía que cada uno viera en el otro la causa de la derrota"). Porque este es el análisis, la exposición sin adornos ni moralinas, de lo que puede separar a una pareja. Un paisaje nevado final que es metáfora y hiela el alma.
En Queen, una muchacha de servicio peruana y un portero de urbanización residencial, dan pie a que Morales Ortiz nos haga ver su talento para la buena observación sociológica y hasta qué punto es un narrador que quiere y sabe contar teniendo los pies bien asentados sobre la tierra y el mundo contemporáneo. Por eso nos parecerá aún más doloroso un final que deja en evidencia el destello sólo breve, provisional y casi inmerecido de la felicidad. Para algunos la alegría sólo parece posible de modo hilvanado, clandestino, amenazado. De nuevo un corte brusco, el de las vidas y los proyectos truncados. Ese será también el aire de la quinta y última pieza, Lisboa, con ese matrimonio alemán de Walter y Hannah afincados en Madrid y la necesidad de una escapada, la de ella, en auto-stop, buscando Lisboa o una idea de Lisboa, un resquicio de luz, un aire respirable. Como en los otros cuentos, se trata de parejas desgastadas, que ya no se entienden o que se malentienden. La velocidad de los automóviles en la autopista, la velocidad a la que transcurre la propia vida. Confidencias, proyectos. Otro corte seco. El último ya de estas cinco logradas historias.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Acerca de los libros propios como desafío


Ilmpark. Weimar

Sólo desde la conciencia de que puedes y debes superar tus libros anteriores es posible una evolución o un salto de calidad. Y, a la vez, es tan difícil desapegarse de lo ya hecho, abandonarlo. Escribí "Un mortal sin pirueta", luego "Expuestos", ahora "Caminos anfibios"...  Con perspectiva veo un progreso, una evolución que me hace mirar con ojos menos benevolentes mis comienzos. "Caminos anfibios" es lo mejor que he escrito y me apego a él pensando que no seré capaz de sacar de mí un futuro libro que lo deje atrás o sea más poderoso. Quizá sea sólo cuestión de tiempo y de un nuevo estado mental que me proporcione una nueva visión de conjunto. Es un paisaje de montañas y de cumbres que has ido lentamente conquistando y llegas arriba feliz, pero desfondado y vacío. Abrazas tu última conquista, te resguardas en ella, te proporciona calor y te cuesta creer que serás capaz de un nuevo y mayor reto. Feliz e infeliz, lleno y vacío, me siento precisamente ahora. Esto debería ser contradictorio o no caber en el mismo cuerpo.

Autores de los que me ocupé en la Revista "Quimera" entre 2001 y 2006

  • Álvaro Pombo, W. G. Sebald, Günter Grass, Paul Theroux, A.S. Byatt, David Leavitt, Marcos Giralt, Martin Amis, Ian McEwan

Colaboraciones con "Nueva Revista" 2001-2002

  • Traducción del alemán del artículo de Richard Herzinger El consumo como meta (Endziel Konsum, Die Zeit, 2-11-00) que en Nueva Revista aparece como La americanización del globo, pp. 47-55 (mayo-junio 2001)
  • Traducción del alemán del discurso anual berlinés (Berliner Rede) del presidente alemán Johannes Rau, dedicado a los límites de la biopolítica, que tiene por título ¿Irá todo bien? Por un progreso a escala humana. (Wird alles gut? Für einen Fortschrift nach menschlichem Mass). Nueva Revista, pp. 46-64 (julio-agosto 2001)
  • Artículo publicado en la sección Literatura, titulado: Álvaro Pombo: la exaltación y el Reino. pp. 131-137 (Sep-Oct. 2001)
  • Traducción del alemán del relato de E.T.A Hoffmann titulado Haimatochare. Nueva Revista, pp. 158-171 (julio-agosto 2002)

Colaboración en Revista de Occidente (Oct. 2007)

  • Artículo titulado "Lo que el corazón lleva", acerca de la novela de Luis Mateo Díez "La piedra en el corazón"(Galaxia Gutemberg, Círculo de lectores. Barcelona, 2006)