sábado, 13 de noviembre de 2010

Ehhhhhhhhhhh-BOOK

No todo está perdido en esta cruenta batalla entre el viejo y el nuevo paradigma libresco. A veces uno escucha cosas sensatas, y precisamente en boca de personas jóvenes y altamente "tecnologizadas". La semana pasada, en el autobús, dos universitarios veinteañeros charlaban a propósito del e-Book que uno de ellos llevaba consigo "¡para leer novelas en español y en inglés!". No era tanto una descripción maravillada de sus características y posibilidades frente al jurásico patético papel, sino más bien toda una lección de sensatez en el uso: el propietario del Kindle comentaba al amigo que, en casa, siempre que podía, prefería leer libros en papel, ya que sus "viejos" tenían "mazo" de ellos; mientras que para sus viajes en autobús o en metro le resultaba muy cómodo transportar algo tan ligero como su e-book. Me llamó la atención una frase llena de sentido común y hasta de respeto para los que tanto sufren con el cambio de los tiempos (entre los que a menudo, a poco que me empujen, me cuento, por mucho que reconozca las nuevas ventajas de viajar a Valencia en tren desde Madrid en hora y media, o guardar toda la información de mi ordenador en un diminuto pendrive). No la recuerdo textualmente, pero decía más o menos: "yo el e-book lo uso como si llevara una fotocopia de los originales. Luego en casa, siempre que puedo, leo libros de los de toda la vida". Me animó y divirtió esta expresión de convivencia pacífica, natural, entre lo antiguo y lo moderno, donde aún se le reconocía al César una cierta preeminencia de quien no es, ni puede ser, mera copia, sino resplandeciente original. Entretanto, leo en algún lugar, estos días atrás, que el diario alemán Die Zeit ha sido capaz de aumentar sus beneficios en plena crisis, apostando con éxito por su versión de papel tanto o más que por el soporte digital. ¿Serán los nuevos tiempos, los tiempos post-crisis, un momento en el que por fin zafios presentadores dejarán de hablarnos a toda hora de zafias y zafios famosillos, e imperarán modelos y enfoques flexibles, prudentes y hasta sabios?