sábado, 21 de noviembre de 2015

Ángel Zapata y la Materia oscura


La Materia Oscura de ÁNGEL ZAPATA
Habrá quien dude en calificar o clasificar como “relatos” los textos que componen “Materia oscura”, de Ángel Zapata, esta colección de textos que pivotan sin descanso entre lo sapiencial y lo poético, en los que cabe que el mundo pueda haber sido creado defectuosa y maliciosamente  por una liebre mientras el narrador es, como dicen, testigo de excepción. Perplejidad: el decurso de las cosas sólo puede producirnos perplejidad. El humor de Zapata, su talento verbal e imaginario, y la mirada limpia del niño crecido, se cuelan una y otra vez en estas piezas, o más bien: nacen de esos fértiles elementos. Perplejidad, asombro y también dolor: porque aquí confluyen elementos –digamos- “surrealistas”, pero hay también un referente sólido, identificable, y más que real: el mundo, un mundo injusto e imperfecto, que podría y debería ser mucho mejor. Seguimos cada día con nuestra “vida normal”, como ese personaje- huevo frito, apellidado Prendergast. Pero esa vida, si de verdad estuviese hecha a escala humana, a justa escala humana, tendría calor y vuelo y abrazos de corazón y mucho más color. Estamos dañados, clasificados, amordazados, vigilados, y debemos, por eso, desconfiar de lo cerrado y lo perfecto, de ahí que el relatista-poeta (ante un mundo que deja de ser fiable o confiable) nos invite a que “no confiemos en nada, nunca, en nada, salvo en lo lacio y en lo malherido”. Un gran, limpio, arma del que dispone Zapata: la hiperpercepción que uno puede mantener viva en la edad adulta: uno puede haber pasado los cincuenta y mirar todavía como los niños y las criaturas de Rilke: “Con todos los ojos ve la criatura lo abierto…”. Aun sabiendo por el poeta checo-alemán que los ángeles y la belleza pueden, y suelen ser terribles. Se agradece también que las parábolas de “Materia oscura” no tengan ni pretendan tener moraleja o solución única. El filósofo Zapata vive sabiendo, como Aristóteles, que “el ser se dice de muchas maneras”. Ocurre tal vez que a uno lo visitan tijeras, piedras pómez o tribus de jíbaros, así, en tu domicilio, una tarde de sábado. Incluso una botella de sifón puede insistir en que sois primos y documentar el parentesco. El autor nos asegura que estas cosas pasan, lo malo no es que los objetos convivan con nosotros o se nos aparezcan o nos traigan de cabeza, lo malo son quienes enturbian y oscurecen, quienes “quieren a la tormenta arrodillada” con esa “forma innoble de no querer”. Lo malo de verdad es que “si queda un sueño está manoseado”.  Hoy hasta la estrella de Belén puede acabar en Stuttgart “en viaje de negocios”. Heidegger abogaba por “pensar de otra manera” y si le pedían concreción hablaba de un pensar que se pareciese a la poesía o la contuviera. Zapata nos cuenta que “si un día se tratara de pensar no haríamos nada”. Y se acerca tanto a la forma del poema que nos dejamos arrastrar por puros versos: “Ata la noche a la noche…” Nos vamos internando en su selva/propuesta entre asociaciones de ideas, imágenes poderosas y textos de una gran y extraña belleza: raras funciones de teatro donde el espectáculo continúa una vez se ha limpiado la sala y se ha echado el cierre. Las catástrofes no están por llegar, sino que ya ocurrieron y conviven en nosotros. No somos fuertes, ni superhéroes, Zapata reniega de las “poleas de la voluntad”, uno es frágil y sólo puede hablar “de lo que en mí ha desistido”. Si cambiásemos el verbo deambular por el verbo escribir, tal vez podamos intuir por qué Ángel Zapata tiene su propia voz y su propio, hermoso, camino: “DEAMBULA igual que cualquiera, no es esto lo que le diferencia de los demás, no podría serlo. Lo que sin intención por su parte le hace distinto son las bifurcaciones de su errancia, y el territorio latente, fugacísimo, que abren sus trayectorias”.

martes, 10 de noviembre de 2015

Helmut Schmidt

Ha muerto Helmut Schmidt, y yo, por edad, no puedo recordarlo apenas como canciller alemán, aunque siempre se le consideró un político de talla y hablé con alemanes, ahora ya ancianos, que destacaban su categoría personal e intelectual comparándolo con la ramplonería actual y la falta de verdadero discurso a la que asistimos cada día en los parlamentos. En realidad, a mí, lo que más me había conmovido de él en los últimos tiempos fueron sus hermosas y sentidas palabras de hace un año en el gran funeral en Hamburgo, la Trauerfeier por el gran escritor Siegfried Lenz, su amigo del alma, "Siggi", durante cincuenta años. Ese discurso sereno, fatigado y cruzado por el dolor, con ese sobrio y auténtico final: "Ich werde ihn sehr vermissen" (Lo echaré mucho de menos). Yo he visto ese video decenas de veces junto con otros muchos acerca de Lenz para no permitirme desmayos, ni facilidades, ni imprecisiones, ahora que traduzco estos meses su gran obra, "Lección de alemán". Hay que estar a la altura de los grandes hombres y de sus grandes palabras.
https://www.youtube.com/watch?v=ud-Y5ZZ9T38

Autores de los que me ocupé en la Revista "Quimera" entre 2001 y 2006

  • Álvaro Pombo, W. G. Sebald, Günter Grass, Paul Theroux, A.S. Byatt, David Leavitt, Marcos Giralt, Martin Amis, Ian McEwan

Colaboraciones con "Nueva Revista" 2001-2002

  • Traducción del alemán del artículo de Richard Herzinger El consumo como meta (Endziel Konsum, Die Zeit, 2-11-00) que en Nueva Revista aparece como La americanización del globo, pp. 47-55 (mayo-junio 2001)
  • Traducción del alemán del discurso anual berlinés (Berliner Rede) del presidente alemán Johannes Rau, dedicado a los límites de la biopolítica, que tiene por título ¿Irá todo bien? Por un progreso a escala humana. (Wird alles gut? Für einen Fortschrift nach menschlichem Mass). Nueva Revista, pp. 46-64 (julio-agosto 2001)
  • Artículo publicado en la sección Literatura, titulado: Álvaro Pombo: la exaltación y el Reino. pp. 131-137 (Sep-Oct. 2001)
  • Traducción del alemán del relato de E.T.A Hoffmann titulado Haimatochare. Nueva Revista, pp. 158-171 (julio-agosto 2002)

Colaboración en Revista de Occidente (Oct. 2007)

  • Artículo titulado "Lo que el corazón lleva", acerca de la novela de Luis Mateo Díez "La piedra en el corazón"(Galaxia Gutemberg, Círculo de lectores. Barcelona, 2006)