domingo, 24 de julio de 2016



El otro día vi en DVD la película "Die Frau mit den 5 Elefanten" (La mujer con los cinco elefantes). Esta anciana es, o era -falleció en 2010-, Svetlana Geier, gran traductora al alemán de Dostoievski desde el ruso. Los cinco elefantes son los cinco tomos monumentales del autor que ella sacó adelante. Ella era ucraniana, pero desde 1943 vivió en Alemania. Su cuidado de los textos, su precisión extrema, sin perder de vista cada palabra y frase en el conjunto (pues un traductor debe mantener "die Nase hoch," la nariz arriba, para no perder el panorama global)... Me impresionó mucho, y me sentí reconocido como traductor cuando ella dijo que, tras superar el reto de una gran novela, uno no queda "unbestraft" (indemne, sin castigo). Por un lado, uno ya no es el mismo, se enriquece. Por otro, el duelo con una cumbre literaria nos deja extenuados, castigados, mermados respecto a quienes éramos antes. La prueba de que una obra es de verdad grandiosa, era para ella que, a pesar de traducirla y creer conocerla al detalle, siempre es capaz de seguir sorprendiéndote con hallazgos verbales o narrativos que no recordabas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario