lunes, 1 de octubre de 2012

Verano en Weimar


Nuestra casa  de Weimar en la Paul Schneider Strasse
Si es que eso puede llegar a ocurrir, este pasado verano, en Weimar, me sucedieron demasiadas cosas. Conforme tomaba notas al hilo de los días (unas 50 páginas de cuaderno) y hacíamos fotografías con la cámara y con mi Blackberry, pensaba en una posible y extensa entrada para este blog. Puede que el exceso de materiales funcione ahora en mi contra, como cuando uno acumula demasiadas páginas y anotaciones para el proyecto de un nuevo libro. A veces es mejor contar sólo con unos pocos, pero seguros hilos de los que ir tirando. Me siento ahora incapaz de relatar o resumir una experiencia como la del pasado agosto, en la que hubo mucho ocio (mucho pedalear y caminar descubriendo personas y lugares nuevos), pero también un gran aconteciento (al menos para mí): terminé por fin mi nuevo libro de relatos y estoy bastante satisfecho con los mundos y las atmósferas que he querído retratar. No cuento más. Sólo cuelgo aquí, casi al azar, algunas fotos de mi última estancia en Alemania, que no resumen nada pero muestran algo.
Algunas de las muchas cervezas que bebí


La bici alquilada con la que hice muchos kilómetros



La universidad Schiller en Jena

Mis carteles favoritos. En ruta con la bici
Lugares agradables donde comer, como El oso negro


Algunos de los libros que compré en Weimar
Algunos días o ratos de lluvia mientras en España no caía una gota
Las "Heidelbeere" (arándanos) de cada día





La habitación en la que escribía cada tarde
Otros ángulo de la habitación...
 
Caminos de bosque. El cuarto era yo



...en la que terminé mis nuevos relatos

Mientras escribía, Goethe me miraba cada tarde desde la pared, pero parecía estar de mi parte
 

Casas en Jena junto al río



Buenos tiempos de agosto. Junto al palacio de Kromsdorf



Un antiguo piano en el palacio de Weimar
El paso a nivel junto a casa
Otra de mis señales favoritas. La prioridad queda clara

 

Viejos coches del Este que aún circulan. El famoso Trabi de la DDR
La célebre "Thüringer Bratwurst"

Apoldaer fue toda una estrella

 

Otro bonito Trabi de la antigua Alemania



Desde la ventana de casa sólo bosques




Pasando junto a la casa de jardín de Goethe

Camino ciclista del valle del Ilm

El supermercado también es importante

No es nuestro jamón, pero el jamón ahumado de la Selva negra...

Praderas sin fin

Entrada a la casa de Listz



Sin palabras

La Gartenhaus de Goethe junto al río Ilm

Rutas increíbles



La torre de la iglesia de St Michael en Jena


Paisajes

Si Schiller o Goethe supieran de sus grandes almacenes...

Faltaban 23 km de regreso en bici


Eh. Kommst du mit? ¿Vienes?

Sí. Existe también el Salami Goethe


Tras 23 km de bici desde Weimar, estamos en Erfurt

En Erfurt, una mañana de luz

El té negro a la menta para combatir el calor
Esta leyenda resume bastante bien a lo que me dediqué este verano

Parece un tractor, pero así son aquí los cortacésped
 


6 comentarios:

  1. Lo del cortacésped está genial. No sé cómo has podido escribir con la cara de Goethe vigilando.
    Esperaremos este nuevo libro.
    Gracias por el reportaje.
    Besos

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  2. Gracias, Inma. Superar la mirada de Goethe fue un reto añadido, pero a la vez pensaba... ¿y si no le importa prestarme un poco de genialidad y poesía para salir del aburrimiento de agosto de su marco de pared? Ayer me habló de ti (y muy bien), aparte de Goethe, Lola Larumbe, de la librería Alberti de Argüelles. Un abrazo

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  3. La librería me ha gustado mucho, es muy acogedora y Lola también.
    (El Die Zeit de hoy tiene 80 páginas dedicadas a la feria del libro y jóvenes escritores,no sé si lo has visto)...Aquí ya estamos con el estrés del comienzo del semestre.
    Besos

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  4. Hallo nochmals, Inma. Lola es de verdad fuera de serie. No sabía lo de die Zeit. Gracias por darme la referencia. Un abrazo.

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  5. Ernesto, celebro que estés de vuelta. Con tantos materiales casi has compuesto, aquí en tu blog, una novela gráfica así como simbolista, bucólica, evocadora y algo imposible, como deben ser las buenas obras de arte. Bromas aparte, enhorabuena por haber dado buen término a tus cuentos, con Goethe como juez. A ver si nos vemos pronto y hablamos. Un fuerte abrazo.

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  6. Muy bueno, Miguel Ángel. Reconozco lo caótico de esta entrada. El servidor daba un problema y no he podido subir otras imágenes que éstas. Me he limitado a glosar un poco las que me permitía colgar. Un abrazo. Me alegra saber de ti

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