No sé por qué se me quedó grabada esa expresión de la lección de un manual de inglés. Yo tenía, digamos, dieciséis o diecisiete años, y Arthur y Mary, los protagonistas de aquellos libros coloridos y llenos de talento ("Starting Out", "Getting On", "Turning Point"...) anotaban en una libreta sus "New year´s resolutions", sus propósitos para el nuevo año, cosas modestas pero luminosas, a la medida de la pareja de bibliotecarios jóvenes de Middleford que eran. Aquello eran los ochenta. Sus deseos y los nuestros, los de quienes empezábamos a cogerle gusto al inglés a través de la alegría y los aires nuevos que transmitían esos textos. Creo que hay hasta foros en internet donde el hilo conductor es algo así como "Yo aprendí inglés con Arthur Newton". Los recuerdos que tengo asociados a aquellas tardes de idioma inglés, intenté comprimirlos en mi relato "De nombre artístico Álvaro Labra", una de las piezas de mi libro "Un mortal sin pirueta". Propósitos del nuevo año. Si todo va bien, en 2010 publicaré dos libros: como autor, mi novela "Expuestos"; como traductor, la versión española de "Die Nacht, die Lichter" (La noche, las luces), de Clemens Meyer. Ambos saldrán en la editorial Menoscuarto. Sin embargo, y a pesar de la alegría por estas publicaciones, si alguien me preguntara por mis propósitos para el año 2010, serían otros dos, y no tendrían forma de libro:
1) Liberarme de la inquietud y de la ansiedad, que me vuelven a menudo tan inestable, vulnerable y desequilibrado.
2) Liberarme de los sentimientos negativos, de la agresividad, del pequeño veneno cotidiano que todo lo enrarece e impide respirar y vivir como uno debiera.
Supongo que ambos propósitos confluyen en la necesidad de ser más fuerte, pero no se trata de la fortaleza del gigante Atlas, de Mister Muscle o de un muñeco Gormiti, señor de la naturaleza. Se trata de una fortaleza diferente: una que suavice aristas, que, curiosamente, debilite, humanice, equilibre. Que nos vuelva en cierta medida más sabios o que apunte hacia el camino para serlo. Mejorar. El gran secreto. Casi nada. Pero puestos a pedir...
En el fondo ser como ese personaje del manual de inglés, alegre, optimista y despistado, el bueno de Arthur Newton.
En primer lugar, brindo por esas dos futuras publicaciones, especialmente por esa novela que espero con muchas ganas (y que si tiene una pequeña parte de la calidad del libro de cuentos, será muy buena).
ResponderEliminarEn segundo lugar, coincido contigo en uno de los propósitos, ése que habla de los sentimientos negativos. Por razones que ahora no vienen al caso, este año aprendí una lección importantísima sobre el ego y sobre el daño que podemos hacer con las palabras (las dichas y las no dichas).
Tras repasar todo lo malo, advertí que me había saltado a la torera los cuatro acuerdos de los que habla la cultura tolteca: ser impecable con las palabras, no hacer suposiciones, no considerar nada como algo personal y hacer siempre el máximo posible. Así que si algo aprendí de todo ese sufrimiento provocado y recibido fue justamente eso: grabar a fuego esas máximas y repetirlas a la mínima que puedo, para que no se me olviden.
Me parece, Ernesto, que eres un buen tipo, así que sólo se trata de no salirse del camino y, sobre todo, eso que apuntas tú: seguir aprendiendo y mejorar con cada paso.
Un beso enorme y feliz 2010 para ti y toda tu familia. Nos seguimos encontrando, aunque sea por estos rincones virtuales...
Bueno, pues yo te pediría la fuerza de Atlas o del señor de los Gormitis (que lo tenemos más a mano, aunque sea en versión mini) para que puedas cumplir tus propósitos.
ResponderEliminarY puestos a pedir mucha salud.
Un abrazo
PD:de todas formas, no te preocupes que me tendrás siempre ahí, detrás, como las Erinias (pero no tan fea, espero), vigilando para que cumplas con tus propósitos.
El amor, en todas sus vertientes, es el secreto de todo propósito de cara al nuevo año. Personalmente, en 2010, aparte de la necesaria salud, sólo pido intentar arrancar a la gente más sonrisas que en 2009 y no hacer daño nunca a nadie, al menos de manera consciente. Un abrazo. Rainer Werner.
ResponderEliminarQue la fuerza le acompañe para que sus sabios propósitos comiencen a realizarse. Y ya de paso los hago míos también, que buena falta nos hace.
ResponderEliminarUn abrazo.
Salud y alegría.
Querido Calabuig,
ResponderEliminarcreo que yo estaba justo en el pupitre detrás de tí cuando abrías el librito de Arthur Newton... :-)
¿Qué tal la vida?
Muchas gracias por vuestros comentarios. Feliz año para todos. Qué gran sorpresa, Juanjo Carmena, que hayas llegado hasta mi blog. Me acuerdo perfectamente de ti y de lo bien que defendías nuestra portería de balonmano en aquel equipo tan majo que formaste con Cano, Bahamonde... y todos los goles que celebramos juntos aquel 2º de BUP. Por este blog asomó también hace unos meses por sorpresa Jose Luis Collado desde Sevilla. Seguro que te acuerdas también de él. Un abrazo y todo lo mejor para el nuevo año.
ResponderEliminarQuerido Ernesto: como consigas liberarte de la ansiedad y los sentimientos negativos, vivirás mejor, sin duda,mejorará tu nivel de colesterol..etcétera, pero estarás muerto...literariamente.
ResponderEliminarUn cordial saludo
Herminia
Claro, HLO, pero yo no me refería a volverme una balsa de aceite o un pasmado que ni siente ni padece. Aspiro sólo a que no me afecte tanto la negatividad que tanta gente se permite a diario con nosotros cuando, como dice mi amiga Pilar Mañas, ponen a funcionar el ventilador y nos ensucian sin contemplaciones. Esas pequeñas agresiones y venenos que van sumando y minando y consiguen el propósito de acabar con nuestro equilibrio. Estoy seguro de que sabes bien de lo que hablo. Gracias por tu comentario y por entrar en este blog. Un abrazo
ResponderEliminarComparto los buenos propósitos para 2010 como liberarnos de la ansiedad, y por supuesto, de sentimientos negativos. Y fundamentalmente, el propósito de ser buena persona.
ResponderEliminarEn cuanto al amor...bueno, enamorarse, desde luego, es algo extraordinario. Y si el amor es correspondido... sublime.
Besos.
Hanna
Un buen día se me vino a mi mente aquel libro de inglés sobre Arthur y Mary; comencé a buscarlo en este mundo cibernético del cual no soy nada aficionada...y mientras pasaba de página a página se me venían a mi mente momentos y detalles de esa época de estudiante tan especial para mí que NUNCA pensé encontrar que alguien así como tú, tan diferente a mí, tan lejos fisicamente; un escritor y crítico literario reconocido, pudiera tener presente a esos personajes tan especiales y que hiciera referencia a esos recuerdos y plasmarlos en uno de sus libros...no, jamás me lo hubiera imaginado...es aquí donde me doy cuenta y me sorprende que un libro, una frase o relato leído puede llegar a trascender en tu vida y significar para cada uno lo mismo o mucho más. Mil disculpas por no conocer tus obras, pero mil gracias por hacerme recordar y por darme cuenta que dos personas por muy distintas que puedan ser sus vidas algo en común pueden llegar a tener...espero que tus propósitos de año los estés llevando a cabo...hay mucho reto en ellos...y más en este mundo que hacemos que 'camine' más rápido...
ResponderEliminarMuchas gracias, anónima. Pero tal vez no seamos tan diferentes ni estemos en mundos tan distintos. Tu sensibilidad, tan cercana, tu recuerdo, aún, de aquel mundo, al menos me lo hace ver así. Un fuerte abrazo.
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