domingo, 30 de noviembre de 2014

Teatro. "Periodo de reflexión"

El jueves pasado me acerqué a la calle de la Palma, aquí en Madrid, a una pequeña sala, el "espacio Labruc", para ver una obra en la que actuaba una de las mejores actrices jóvenes del momento, mi sobrina, FABIA CASTRO, habitual ya del teatro, cortometrajes y anuncios televisivos. Era una obra con fondo duro, en torno al círculo sin salida en el que están atrapadas tres prostitutas jóvenes (una española, una mexicana y una congoleña). Los otros dos personajes son la rumana qu...e regenta el club y una agente joven de la Policía Nacional. La obra se llama "PERIODO DE REFLEXIÓN", aludiendo con este título al estado al que pasan las prostitutas detenidas por la policía una vez que se ingresan en un centro de "restablecimiento". Pero reflexión es también la del propio espectador, conmovido por el desolador micromundo que se esconde siempre tras las coloridas luces de neón de un club de carretera. Todas las actrices brillan a gran altura. Sus nombres: Fabia Castro, Carolina Clemente, Marta Malone, Viridiana Moreno, Mikeka N'Shimbi. Idea y dirección Camilo Vásquez. Autor: Sergio Martínez Vila). El éxito de esta representación ha hecho que se prorrogue respecto a las fechas que aparecen en el cartel original. Sin grandes promociones ni mucho presupuesto, esta obra es un ejemplo de cómo pueden ponerse en pie proyectos cuando un grupo cuenta con verdadero talento.
http://www.somosmalasana.com/teatro-periodo-de-reflexion-en-espacio-labruc/

http://www.analopezactores.com/#!fabiacastro/c111e

 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

domingo, 23 de noviembre de 2014

"CAMINOS ANFIBIOS" reseñado en Diario Córdoba

Ayer me animó la tarde esta reseña en Diario Córdoba escrita por Pedro Martínez Domene, a quien vuelvo a agradecer desde aquí su análisis de mis relatos y de mi manera de escribir
http://www.diariocordoba.com/noticias/cuadernos-del-sur/todo-tiempo-pasado_922092.HTML

 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Conversando sobre "Caminos anfibios"

Fotografía: archivo de la librería R. Alberti
Fue un placer charlar sobre mis relatos de "Caminos anfibios" el pasado viernes, 7 de noviembre, en el taller del escritor Javier Morales de la librería Rafael Alberti. Que lean tus cosas y las comenten con tanto entusiasmo, detalle y profundidad, es un gran regalo. Tal vez en esto consista la verdadera vida literaria. Gracias.

viernes, 31 de octubre de 2014

En la FNAC de Castellana. Lectura de relatos

Marina Sanmartín Pla hizo estas fotos el pasado martes 28 de Octubre durante la lectura en la FNAC:
Con Juan Casamayor y Javier Morales Ortiz


 

jueves, 30 de octubre de 2014

Antes de ayer en la FNAC de Castellana. Leyendo relatos

 
 
 
 

Con Javier Morales, Carmen Peire, EC, Cristina Cerrada, Javier Sáez de Ibarra, Alberto Marcos y Juan Casamayor (lástima que Esther G. Llovet y Marina Sanmartín Pla no aparezcan en la foto)

domingo, 5 de octubre de 2014

"Caminos anfibios" en Revista Mercurio

Alejandro Luque escribe esta breve pero hermosa pincelada sobre mis "Caminos anfibios" en el número de octubre de Mercurio:
http://revistamercurio.es/lecturas/narrativa/fotografias-movidas/

martes, 30 de septiembre de 2014

Una buena presentación

Creo que el diálogo con Javier Morales el jueves pasado en la librería Rafael Alberti, en la presentación de sus "Ocho cuentos y medio", mereció de verdad la pena. No siempre las presentaciones salen como uno quiere, pero en ésta hubo un ambiente cálido, natural,  y  una conversación que -pienso- dio bastante juego. Cuelgo aquí unas pocas fotos:
 


 

martes, 16 de septiembre de 2014

lunes, 15 de septiembre de 2014

El libro entre los libros de mi verano

Si hubiese un "libro del verano", como hay una canción del verano. Pero no un libro pegadizo y facilón sustentado en cuatro acordes, sino una gran obra, un libro de peso, una enorme historia impecablemente contada, con sobriedad, sabiduría y potencia, ese sería, para mí, CANADÁ de RICHARD FORD.
 

viernes, 15 de agosto de 2014

BOLAÑO y su "Estrella distante"


 
Me gustaría decir que “releo” la Estrella distante de Bolaño, pero en realidad esta es mi primera -y muy tardía- lectura. Por mucho que uno lea, siempre llega tarde a la cita con libros importantes. La suerte es que este tipo de obras saben esperarnos y no nos reprochan la demora, siguen intactas, disponibles, dispuestas para recibirnos. En el caso de Estrella distante, queriendo brillar para hacernos partícipes, desde las primeras páginas, del emerger de la figura diabólica del supuesto poeta autodidacta Ruiz-Tagle (Carlos Wieder) en tiempos de pre-golpe chileno, de los destellos crecientes del monstruo, del torturador disfrazado en aquel entonces aún de joven artista. No tarda en llegar la densidad narrativa que siempre logra Bolaño (sí, sigue logrando, no cabe aquí el pretérito imperfecto), su misterioso talento sobreabundante que desborda los límites de sus historias como si le faltara espacio y, sobre todo, tiempo. Porque la de Bolaño –después supimos- era una carrera veloz, agónica, para darlo todo, para expresar pronto, como si lo volcara, lo mucho que tenía dentro. Pero  estamos en medio de unos talleres de poesía. Es 1973. Y en medio del grupo –entre gente libre y llena de sueños, gente capaz de amar- crece entre palabras la sombra del teniente-aviador Carlos Wieder, de la Fuerza Aérea Chilena. El supuesto aviador-poeta. Pronto llegará el Golpe. Años después, la búsqueda emprendida por el amigo Bibiano, su seguir las pistas de Juan Stein y de Soto en el exilio (poetas profesores de aquellos talleres), recuerda en la lejanía a otra desesperada búsqueda, la del escurridizo/fantasmal Archimboldi en 2666. Cómo explicar todo lo que Roberto Bolaño va abriendo frente a tus ojos, y en tu mente, mientras lo lees, ese despliegue a la vez humano y sobrehumano, contingente y necesario. A veces los monstruos son capaces de inquietar y superar a sus propios hermanos de armas y sangre. Así Wieder –tras la exhibición aérea por el cielo de Santiago entre nubes de tormenta- con su macabra exposición fotográfica en una pequeña sala donde se entra en fila de uno: el puro horror fotografiado, la constancia seriada de lo inhumano. Y Bolaño encaminándonos hacia el giro final: dar con el paradero del criminal Carlos Wieder una vez que aparece esa figura necesaria, Romero, el sagaz ex policía en otro tiempo condecorado por Allende. Cuando ya piensas que Bolaño se ha perdido por digresiones acerca del submundo del cine porno y una profusa relación de revistas literarias de la extrema derecha… de nuevo te ves en la persecución del macabro Wieder y ya nada va a distraerte. Han pasado veinte años de la barbarie, pero los verdugos siguen teniendo sus horas de tomar café por mucho que se encuentren bien lejos. Y todo tenía y tiene, pues, sentido en la narración, y ya no parece haber una palabra de más ni de menos: nada falta, nada sobra, porque ese tramo final es simplemente adecuado, justo, perfecto.

lunes, 4 de agosto de 2014

Una sugerencia de verano

A este libro le pasa como a su autor, que antes era de playa, pero se adapta sin problemas a vivir o ser leído en la montaña. Algunos testigos ya lo confirman, 9 de cada 10... Una sugerencia de verano, con el rubor y las disculpas de quien se autopromociona, pero creo que estos relatos lo merecen.
 

miércoles, 23 de julio de 2014

Teoría de la supercompensación

Cuando yo era un joven atleta, corredor de mediofondo, tuve un entrenador, Antonio Postigo, que estaba absolutamente obsesionado por la "teoría de la supercompensación". Básicamente significa no conformarse con entrenar suave, sino, al contrario, sobrecargar el cuerpo, exigirse. La teoría es: el que entrena lento se queda lento. El que entrena a ritmo duro recibe, en cambio, la recompensa de un cuerpo veloz, preparado para sorpresas de cambios de ritmo en la competición, etc. Con aquellos entrenamientos salvajes, progresábamos deprisa, pero también muchos se quedaban, o nos quedábamos, por el camino (o llegabas a fin de temporada roto). Me pregunto qué será en literatura algo parecido a la supercompensación. Es obvio que no se trata de escribir una novela o dos al año por una suerte de inercia de "escritor profesional" (eso ya lo hacen Pombo, Reverte, Luis Mateo Díez... y tantos otros grafómanos que cumplen su contrato editorial incluso sin tener mucho o nada nuevo por decir). Como dijo Eliot, One can write too much. Creo que la supercompensación literaria tiene más que ver con no soltar el hueso de la creación, con ser un instrumento abierto y afinado, y un lector voraz, casi enfermo, como lo era Bolaño.

miércoles, 16 de julio de 2014

"Caminos anfibios" reseñado por Guillermo Busutil en la prensa de Málaga

Guillermo Busutil escribió el pasado sábado un poético artículo en La opinión de Málaga sobre mis "Caminos anfibios". Y si yo fuese un hombre tecnológico como Dios manda, sabría subir un PDF aquí para compartirlo en condiciones. Gracias de corazón, Guillermo.

(Este es el texto, publicado con el título Ángeles de Wenders):

"Muchos libros se abren con una cita. Una frase rotunda que viene a ser la atmósfera de lo que el lector va a encontrarse dentro. El espíritu de las historias que desarrollan esa cita. ¿Como se escoge una cita? ¿Es primero la poética o el escritor es el que determina la búsqueda de una frase? Hay veces que una cita es suficiente. En cambio, otras, se puede contraponer otra idea diferente, la opción de otra poética. Y también es razonable que sean varias citas las que se complementen, igual que si fuesen los versos de un poema. El listado de aquello que el autor no va a traicionar dentro. No le he preguntado a Ernesto Calabuig qué opina al respecto. Tampoco por qué no ha colocado citas en el porche de su tercer libro de relatos Caminos anfibios, finalista del Premio Ribera de Duero. Tal vez ha sido su habitual timidez la que le ha empujado a poetizar el alma de su libro en el tercer relato (igual que el corredor de medio fondo que suele esconderse las primeras vueltas) abierto por estas citas. “El pasado nunca deja de moverse aunque parezca inmóvil. Lo que sucedió es algo tan fantástico como lo que sucederá.” Rodrigo Fresán. “Porque lo que está nos habla y lo que no está nos interroga”. Claudia Piñerio. La poesía de sus espléndidas narraciones perfectamente descritas. Sus personajes latiendo como una sombra bajo el agua. La vida en unas líneas. Dos hermosas maneras de sintetizar el alma de las trece historias acerca del pasado, del recuerdo, de la literatura, protagonizadas por unas criaturas que son ángeles de Wenders que no saben del camino sobre el hielo. Los únicos capaces de hacerlo con éxito son Herzog y Kinski. Dos caras de la misma locura con la que un personaje de Calabuig no puede competir cuando una llamada de teléfono reactiva su pasado. Ángeles de Wenders que también observan lo que están a punto de perder, la identidad que se perturba o resbala en el aire. Y también el amor de cerca y a distancia, tentados o cayendo en su vértigo, sin saber si el amor es un secreto hasta que se descifra su publicidad engañosa, hasta que se reduce a una mínima pulsera azul de cuentas árabes o a un esquema pausado, amistoso y tranquilo hasta que irrumpe el deporte.
EL CINE, LA TELEVISIÓN, los mundos postizos y los confortables, los que a pesar de su rutina un día inquietan -como aprendió de Handke- o se convierten en una canción de Hilario Camacho susurrando recuerdos en segundo plano a los que los personajes tienen que enfrentarse, son las atmósferas de estas piezas en las que cada protagonista y su envés abordan la angustia de enfrentarse a las rachas de viento del destino, al alarido Sternezeinchen de un mago iluminando zonas oscuras dentro de un sueño, dentro también de la vida que uno esconde, como si hubiese olvidado que somos responsables de nuestra identidad, de sus defectos y frustraciones, de la vida de la que una vez huimos. Lo aprendió Calabuig de Max Frisch. Lo mismo que sabe las razones que asolan actualmente al mundo de los escritores, de los editores, de los artistas incapaces de reinventarse, de hacer que vuelva a importar la calidad y el trabajo bien hecho. Que de vez en cuando hace falta que un tipo duro, consecuente y honesto, como Lou Grant o Ed Asner, atrone la voz e imponga un basta de lo mediático y lo comercial para regresar a lo educativo y cultural. No se esconde Calabuig en sus cuentos. Puede que alguno de sus personajes no sea consciente del todo de los efectos secundarios del coqueteo, que ignore que la memoria es una tienda de campaña a la que escaparse de vez en cuando a solas en medio de cualquier parte. Son gente austera,  sienten la culpa, saben que a veces la imaginación es como una trinchera en medio de la guerra. Son humanos ángeles de Wenders. Por eso Calabuig los quiere y los salva, y cuando se sienten más perdidos, entre el barro de la orilla, la tormenta turbia del agua y el gris grueso del viento, la voz suave de la memoria les cosquillea al oído: regresa, aún te queda por hacer".

sábado, 28 de junio de 2014

"CAMINOS ANFIBIOS" visto por ÁNGEL ZAPATA

Que un escritor como ÁNGEL ZAPATA diga en facebook esto de mi último libro, significa MUCHO MUCHO para mí: 
"Caminos anfibios, de Ernesto Calabuig García, comunica ese placer de la buena conversación que encontramos siempre en la literatura clásica, y es un libro reposado, maduro, bien construido, que ofrece a sus lector@s el trabajo de un autor seguro de sus recursos, y en posesión de una sensibilidad fina y matizada, que no evade, en cambio, las zonas crepusculares y los atolladeros que son propios de la subjetividad contemporánea. Sé que últimamente los elogios a un libro tienen que superar lo hiperbólico para que sean percibidos como tales. Pero no voy a caer en eso. Caminos anfibios es nada menos que un BUEN libro: el trabajo inspirado y riguroso de un escritor de verdad. Llevaba días con ganas de decirlo. Así que dicho queda."

 

viernes, 27 de junio de 2014

De Jorge Eduardo Benavides

"En mi cuarto, recostado en la cama y viendo tras la ventana mecerse los árboles de un parque cercano, elaboré la novela perfecta (...) intenté un inicio (aunque sería más justo decir que inicié un intento)".
Jorge Eduardo Benavides ," La paz de los vencidos"

miércoles, 25 de junio de 2014

Idioteces ortográficas

Para los genios de la nueva ortografía que le quitaron la tilde al sólo cuando equivale a solamente: que alguien me explique cómo saber si
"Firmaba solo mi último libro" significa que lo firmaba en soledad, o más bien que, de toda una obra, firmaba en exclusiva la última creación (y no las anteriores). Qué triste me suena este nuevo "comía solo unas patatas", qué aislado me imagino al tipo, o qué ascético en sus costumbres, ve a saber. Gracias RAE (limpia-fija-y-da esplendor) por simplificar y abaratar nuestro lenguaje.

domingo, 22 de junio de 2014

Descubrir a Victor Klemperer

Por una pura casualidad una amiga nos presta un libro ayer por la tarde. Empiezo a echarle un vistazo sobre la mesa de la cocina, en principio rápido, pero a las pocas líneas ya empieza a parecerme absolutamente revelador. Se trata de "LTI. La lengua del Tercer Reich. Apuntes de un filólogo". El autor es VICTOR KLEMPERER (1881-1960), alemán, judío, hijo de rabino, que salvó milagrosamente la vida sin huir de Alemania . Estaba casado con una mujer "aria", de verdad heroica, que veló por él y por su obra. Victor Klemperer, era primo del famoso director de orquesta Otto Klemperer. Victor era catedrático de Literatura francesa en Dresden hasta que las "leyes raciales" lo echan de la universidad. Siempre acudimos al tópico de que el lenguaje nunca es inocente, pero en este "LTI" no sólo vemos cómo el nacionalsocialismo manipuló las palabras del lenguaje alemán, sino, sobre todo, cómo ese nuevo lenguaje y su consiguiente indoctrinación sustentó y sirvió de apoyo y motor para la barbarie. Si eras un joven alemán, finalmente sólo querías ser "kämpferisch" (combativo), heroico. Klemperer hace ver cómo el verdadero heroísmo estaba del otro lado, del lado de las víctimas, que nunca se colgarían medallas ni tendrían tentación de vanidad. Uno se pregunta cómo alguien puede componer una obra como esta en circunstancias en que los demás nos esconderíamos en un sótano esperando que vengan y derriben la puerta y todo termine, con suerte rápido. Lo mejor es que no se trata de un sesudo análisis filológico sino de un libro absolutamente ameno y profundamente humano y anecdótico. Hila tan fino, es tan civilizado y bienhumorado en tiempos tan oscuros... (En español, el libro está publicado en Editorial Minúscula).